Lugar Histórico y tradicional en Rosario, sobre las barrancas del Paraná. Manteniendo hace años la excelente y misma calidad de nuestros deliciosos platos, sobre todo nuestra especialidades de pescado de río.
La Peña Náutica Bajada España es uno de los pocos clubes de Pesca que ha sobrevivido a todas las debacles argentinas y ha quedado como un custodio del Paraná para hacerlo respetar. Es ese balcón sobre el río que hace las delicias de quienes se acercan a disfrutar de una maravillosa tarde soleada en la terraza, de una noche de verano con la luna llena haciendo brillar el río, o de un día lluvioso y nublado en el salón del primer piso. Bajando al segundo piso, ese exclusivo para socios, en el que hay un patio de tierra y parrilleros para hacerse un asadito, rodeado de bignonias, laureles y eucaliptus en el que se disfruta de un muelle de pesca sencillo y antiguo, muchos rosarinos se dedican a la pesca en modestos botes que duermen en el agua todo el año, en busca de escapar al estrés de la vida cotidiana como algunos otros que disponen de una pequeña embarcación para salir a navegar y recorrer uno de sus más hermosos ríos.
Bajamos al primer piso donde hay un restaurante en el que se comen los platos de pescado de río más exquisitos de nuestra amplia zona costera. El lugar es muy sencillo, está bien puesto y muy bien atendido, peces embalsamados de distintas variedades, numerosos cuadros con firmas y agradecimientos de visitantes famosos, viajeros comunes y los habitué locales, adornan las paredes y un antiguo tocadiscos ocupa un lugar destacado en la decoración.
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Allí es donde almorzamos con Yola el sábado al medio día, un sábado lluvioso, nublado y fresco en el que el olor y el aroma de eucaliptus y tilos hicieron las delicias de nuestro paseo. Pedimos el menú para dos que salía €14.40 y estaba compuesto por dos albóndigas y dos empanadas de pescado, dos filetes de pacú de un tamaño considerable, patatas fritas (de verdad al decir de Yola) y ensalada de 3 tipos de hojas verdes. Para beber pedimos agua sin gas las dos y a tomar el cafecito nos fuimos a Piluso.