Este mantrap inquietante de rimas poderosas, conjuga la potencia y el flow con líricas que reflexionan acerca de las infinitas posibilidades humanas. Se entienden La Luz y La Oscuridad como partes de una misma entidad y se vislumbra la línea que las separa: la Elección.
Es un manifiesto animal. No se puede existir sin dejar huellas. El ser humano es capaz de crear o destruir: el arma está en nuestras manos, solo hay que elegir cómo utilizarla. La clave reside en hacerse cargo de las propias capacidades y sus consecuencias. Basura y sentimiento.
Con la colaboración de Kyosaku en los bajos y un feat en la producción, se maridan la ciencia y el espíritu para crear el equilibrio delicioso: los fundamentos libidinales que dirigen el comportamiento humano. ¿Qué hace creer a las personas que están en la cima entre los seres vivientes?
La cultura de la supremacía humana se niega a ser rebajada al estatuto de carne comestible y envuelve los cuerpos en duros ataúdes y mortajas para demorar a los depredadores. El terror a ser comidos nos lleva a extraernos por encima de la comunidad biótica, esquivando el sentido de cohabitación entre vivientes de un territorio compartido. El ser humano se sale de los ciclos naturales para convertirse en el mayor depredador de la historia del planeta.
Dat Garcia entra pisando fuerte introduciendo al oyente en una marea de voces extrañas que nos mecen hasta desembocar en un beat desaforado y provocador, al igual que el video que acompaña el single, donde arde lo explícito y se confunde al cazador con la presa.